domingo, 25 de octubre de 2009

La pasión fría de Amenábar

No me considero crítica de cine. Simplemente escribí esto para hablar de una pasión, de un sentimiento más fuerte que el mero gusto, y para compartirlo con el que quisiera. Imagino que recurrí a la frase popular "yo no entiendo de.... pero sí entiendo de lo que me gusta". Algún día escribiré una entrada sólo para esto, desde que empecé la carrera de Historia del Arte han surgido dudas.
El caso es que, ahora mismo, yo estoy utilizando ese enunciado para escudar mis palabras. Si es que es necesario escudarse o dar explicaciones a alguien, parte de mi cerebro se burla de mí. No tengo por qué justificar lo que a mí me agrada, pero tampoco tengo que convertirlo en mi realidad suprema.

Tengo un par de amigos adictos al cine. Adictos en el sentido del disfrute, porque su economía tampoco les permite pasear por las salas muy a menudo. Una de ellos tiene hasta su propio blog de cine, y sus opiniones las valoro bastante. Creo que siempre hablan con conocimiento de causa. Al menos, con más conocimiento que yo.
De modo que espero con ganas que me expliquen toda sus impresiones acerca de Ágora; las positivas, las negativas, todas. Pero como, de momento, no las tengo, he decidido darme un paseo por la incontable suma de páginas web donde la gente habla, critica o recomienda películas. Me ha sorprendido el número de páginas, debo reconocerlo. Como también debo reconocer lo que me gusta que haya personas tan interesadas por el cine, que escriben con cabeza y con corazón a la vez. Es maravilloso pensar en ello.
Así que he paseado por muchos blogs de cine de diferentes servidores. Blogger, blogspot -que creo que son lo mismo-, jimdo, tumbr y un largo número de etc. Todo páginas 'aficionadas', nada de páginas oficiales. Quería saber lo que opinaba la gente, más o menos, parecida a mí. Y bien, como suele ocurrir, me he encontrado de todo. Desde calificativos de 'obra maestra' hasta 'película totalmente desvaída'. Era de esperar, somos demasiadas personas como para estar todas de acuerdo. Además, es bueno que haya variedad. Significa que seguimos vivos.

Se podría esperar de mí, como declarada amante de este film, que sólo leyera las críticas positivas. Sí, parte de mí querría haberlo hecho. Pero no. Pocas cosas tengo buenas, y una de ellas es mi sentido común. Me he parado a leerlas todas. Absolutamente todas.
No me fascina la maravilla por la maravilla y tampoco el horror por el horror. Me explico; quiero saber tanto por qué es la película magnífica como por qué es insufrible. Nada de 'es muy bonita' y punto. ¿Por qué lo es? ¿O por qué no lo es? Quería saberlo, sigo queriendo saberlo. Quiero opiniones fundamentadas, igual que yo tengo la mía.
En este aspecto, me he quedado satisfecha. La gran mayoría de los escritores de estas páginas tenían bune cuidado de analizar detalle por detalle sus críticas, y de explicarlas. Ha habido unas cuantas en las que yo misma les he dado la razón. Evidentemente, tampoco pienso que el film sea perfecto, pero me gusta tanto que, para mí, los defectos se compensan con otras virtudes.

(Breve paréntesis para felicitar a todos aquellos cinéfilos aficionados que documentan, justifican y hacer llegar tan bien todas sus opiniones, ya sean positivas como negativas. Me encanta lo que hacéis.)

En este paseo por la red, he caído en la cuenta de que un número importante de personas coincidía en una idea: la frialdad de Amenábar. La pasión fría, como he titulado esta entrada. Mi cerebro se ha puesto a pensar y a recordar y, efectivamente, yo también pienso lo mismo.

Durante toda la película, Hypatia es fría. Fría como el hielo. No transmite ningún tipo de pasión humana, y a veces da la vaga impresión de estar por encima de eso. Otros escriben que Amenábar tampoco ha sabido imprimir pasión por el conocimiento, pero yo no lo creo así. Hypatia está enamorada de sus libros, de sus instrumentos y de los misterios que todavía no puede desentrañar. Está obsesionada con su filosofía y no ve más allá de ella.
Eché de menos algo más de humanidad en ella, algo más de amor pasional -dejémonos de ñoñerías-. Fue lo primero que le comenté a mi acompañante al salir del cine.
Sin embargo, me parece que esta falta de sentimiento por la raza humana la contrarrestra perfectamente el personaje de Davo. Davo es pasional, es puro corazón y puro fuego. Pocas veces piensa lo que hace o por qué lo hace; se deja llevar. Quizás por eso se convirtió en mi favorito. Es todo corazón. Me encantó el contraste que sufre con el amor y el odio, cuando se ve rechazado y maltratado por la propia Hypatia. Tal vez esto es fruto de mi romanticismo, pero hubiera deseado tanto algo más entre ellos dos... Creo que es porque Davo me transmitió perfectamente todo su amor hacia Hypatia.
En una escena, en concreto, Davo sube al tejado de la casa donde sirve para rogarle a su recién descubierto dios cristiano que no deje que ella sea de otro. Lo pide, lo suplica mil veces. No pueden decirme que ahí no había pasión, que no había sentimiento. Esa escena es, junto con otras dos, mi favorita. Es todo sentimiento. Posteriormente, cuando Hypatia rechaza elegante y fríamente a Orestes, Davo da las gracias a media voz, soltando todo el aire, repetidamente. "Gracias, señor. Gracias, señor. Gracias." Había tanta ternura, tanto amor en ese agradecimiento.

Así que, como conclusión de esta entrada tan larga, me queda decir que, pese a adorar la película, estoy dispuesta a analizar los defectos que otros ven en ella, que quiero entenderlos y llegar a compartirlos. Mi opinión no es más que mi opinión, y querría tener una tan bien formada sobre Ágora como la de otras personas, que con su experiencia me pueden enseñar.

1 comentario:

  1. Agora, la he visto =)

    Fue una buena pelicula en mi "personal opinion" pero es cierto que hay detalles que no me acaban tampoco. cuando hayas la critica, subela please ^^


    *Sorry por oclutar eu entrada enseguida, es que me he enterado cuando tenia el mio todo escrito ^^"*

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