viernes, 18 de septiembre de 2009

Frágil Universo

Estaba todo oscuro, los ojos esperaron a acostumbrarse a esa oscuridad, se percibía el movimiento de algo, ¿pero qué era?

Empezó a ver alguna cosa, había miles de burbujas flotando por aquel espacio, unas burbujas que parecían hechas de un duro y frágil cristal, nunca chocaban entre ellas, se movían poco a poco, muy lentamente.

Los ojos añadieron una imagen más, dentro de las burbujas había personas humanas. Unas estaban levantadas, otras sentadas y abrazando sus rodillas, otras se abrazaban a sí mismas, otras se tumbaban, otras hacían una bola con su cuerpo… Todas las miradas contenían un mismo sentimiento: nostalgia. También se reflejaba el miedo en algunas. Era muy curioso, ¿pero como lo veía? ¿Dónde estaba?

Intentó dar un paso hacia delante, pero chocó con algo. Se dio la vuelta e intentó avanzar hacía ese lado, pero también chocó contra algo que no conseguía ver. Alargó los brazos hacia los lados y toco con la punta de los dedos esa pared invisible que lo tenía atrapado. Fue entonces cuando se dio cuenta de que también estaba encerrado en una de esas burbujas que flotaban por aquel oscuro y desconocido espacio.

Quería salir de ahí, estaba asustado, estaba encerrado, atrapado.

“¿Por qué estoy aquí?” se preguntó.

“¿No lo sabes?” respondió una voz parecida a la suya “Te encerraste tú”.

“¿Yo? Eso no puede ser”

“Sí puede ser, dejaste de sonreír, guardaste pensamientos y sentimientos, los escondiste, habías puesto un muro intraspasable entre la realidad y tú” la voz sonó firme.

“¡Quiero salir de aquí!” gritó.

“¿Por qué? Obsérvalos, ellos no quieren salir, se sienten más seguros así”

“Yo no quiero vivir así, dándole vueltas a los recuerdos, hundiéndome en ellos, retorciéndome con el sufrimiento… ¡No quiero! ¿Cómo puedo salir de aquí?”

“Tú mismo te encerraste aquí y tu solo podrás saber cómo salir” respondió la voz.

“¿No basta con desearlo?”

“No, hay que luchar”

Se sentó a pensar, observó a algunas personas a su alrededor, para ver que hacían, pero la mayoría seguía encerrada. De repente su mirada se posó sobre alguien que firmemente desaparecía de allí, su burbuja se rompía y los cristales salían disparados en todas direcciones, pero no golpearon a las otras burbujas enteras.

¿Qué había hecho?

“Se ha escuchado a sí mismo y ha escapado, ha sabido romper la burbuja” la voz interrumpía sus pensamientos “A descubierto que le llevó a desear encerrarse y ha luchado contra ese dolor, a decidido cambiarlo y lo ha cumplido”

“¿Entonces hay que volver a sufrir para salir?”

“No necesariamente, pero nadie garantiza que sea sencillo escapar de uno mismo, por eso la mayoría viven encerrados”.

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